viernes, 11 de noviembre de 2016

AUN ESTAS BELLA

Bella aun estas bella.
Las estaciones recorren tu espalda.
Al llegar a espejo aun bella.
No es tiempo sino situación vital.
Esperando en los cafés al borde de las tasas.
Por hacer silencio en silencio estoy.
Hijos vienen y van.
Pero eres bella en toda situación.
-¡Que importan los calendarios si ya quebramos relojes!-
En el espejo preguntaste.
Pero frente a frente digo confirmando tu cintura.
La misma cintura que contorneó la fantasía
Los cantos mismos que no he olvidado.
A veinte centímetro de las manos.
Escultura de barro aun húmeda de edén.
Tu rosado camino en este camino celeste.
Ladridos del perro cuando llegas.
Aullido de mi tristeza cuando te vaz.






Siempre estarás joven.
Has subido todos los peldaños de mi corazón.
Por eso siempre jóvenes tus pies ligeros.
No importa cuánto tiempo golpee la el agua la piedra.
En nuestro abraso siempre treinta y cuarenta.
No hay otoño para tu dulce primavera.
Porque en todo nuestro tiempo lograste la cima de mi corazón.



A tiro de piedra, como el trinar de pájaros.
Quiero estés cerca a tiro de piedra.
Oírte transitar como el cantar de un pájaro.
Cotidiana de harinas y canciones entrégame tu sonrisa.
Compañera de agua y tomate.
Cuando estoy solo se que puedo alcanzarte.
De mi silencio tu voz se convierte en trinar evocando primaveras.


Pareciera que ya ni hablamos.
-¿Qué hablar?-
Si todo en ti es amor.
Si un gesto tuyo me embelesa.
Todos tus silencios invitan al paraíso.
El anacronismo perfecto es la base de la poesía.
Venir de vuelta de todas  partes.
De todas la vidas vividas
Accidentalmente llegar a tus ojos.
Boca, mano, sexo, risa.
Pero de otro tiempo siempre.
Despertar en tiempos propios y desde esa poesía
Construir espontáneamente la felicidad.



No dejes que se rían de mí.
Que no cubran mis espaldas con sus murmullos.
Lo gris de sus miradas se funda en azul de mi pecho.
No dejes que mis sueños despierten a la hiel de sus mañanas.
Porque las frutas del paraíso se hacen piedras en sus pesuñas.
Déjame extender mi arco iris en el rayo mortal de su tormenta.
Prométeme que no permitirás que se rían de mi.






Me despojé del mundo como sacándome el sobretodo.
La bufanda de tu voz en silencio.
Estoy muriendo y huifa cerca de la misma canción.
Como monserga todos los días las ranas de pila bautismal ahogan culpas.
Saco el mundo de mi cuerpo como una camisa.
Ya quebrado el vaso las inundaciones de tu sangre merecen.
A quien le importa este lugar del mundo.
Si negocian la paz en los ojos de la madre de una hija cancerosa.
 Me despojé del mundo como sacándome el sobretodo.
Diciendo azul de lluvia sobre las calcetas de pies cansados.
Y aunque cansado puedo enfrentar primaveras.
En el alba del día blanco cuando florecen los cactus.
Y en nuestras maduras edades sigues siendo bella.
Mientras sigues transitando de sur a norte por noches.
Rayada de tormentas australes.
Me despojé del mundo como sacándome el sobretodo.
Porque te has quedado semidesnuda y en camisón de primavera.
                        viernes, 28 de octubre de 2016






Embarcación segura de propio cuerpo.
Playa extensa donde comenzó a rodar el mundo.
Oleaje de tentaciones en nalgas sujetas en manos.
Interno viaje de astros reunidos al final de arenas puras.
La palabra adversidad puesta como viento y bandera.
La palabra adversidad y tus pequeñas  manos
Embarcación segura de propio cuerpo.
Todo viaje es un nacer y morir de origen a destino.
Sin adioses se hacen eternos exilios de aromas.


En el espíritu de la escalera
Volvería a decir lo que dije para no decirlo.
Solo repetiría que no volveré `mil veces.
Viajando tantas veces que es lato regresar.
Entonces parto sin decirte nada.
En ausencia plena para callar palabras.
Todo es un misterio, mirarte, decirte o callar.
A media hora de la muerte permíteme la vida.
Tan complejo resumiendo en un silencio.
Pero valió la pena el verso aquel.
La palabra exasperada.
El grito húmedo de tu rosa  que crece.

En el espíritu de la escalera
Déjame arrepentirme sin decirlo.
Porque no me arrepiento de verte reír.
Jamás de hurtarte un beso a medio escaño.
Porque bella simplemente lo reitero.
En la consumación de la tarde, bella.
Bella también en tus silencios.
En el espíritu de la escalera no lo olvido-
Digo.
Eres  bella.


En la mitad de la primavera tu silencio inunda.
Escribo para no romper tus porcelanicas forma de ave.
Te escribo antes que se lleven los lápices y acuarelas.
Ya te llevaron las teclas y mi guitarra.
A mitad del día soy fuego y agua.
Mientras que tu eres la primavera.
Elijo entonces no decir.
Solo recorrer la tierra.
Escucha antes que en un  día nublado vengan.
Un día que por mi vengan.
Por decir lo que  dije sin que remedio tenga.
Los que me dejaron solo no supieron que vendrían las estrellas.
Que en mi jardin extraño las mariposas harían fiesta.
Por eso en silencio te escribo pues sé que me recuerdas
Sé que mal escribo.
Porque he venido recitando estas palabras como mantra.
Por tantos caminos y calles como atado a la esquizofrenia.
Un sol me ha acompañado rompiéndome la medula.
Por eso no lo digas tú.
Que sé mal escribo.
Y aunque entiendas lo que digo.
Escribo mal y tardío.
Pero amo la mayúscula
y a la minúscula también la amo.
En estos silencios del oeste cercano.
No digo nombres.
Solo escribo.
Quise certificar aun tu belleza.
Que con mi lápiz persigo.
Gritaré tu perenne belleza.
Recitando como pájaro sereno.
En versos a ti me ligo.




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