Esos
helechos que peinan el viento.
En la casa
de patio
Donde como
manteles recién lavados cuelga la poesía
una bandera
de silencio que se mese.
Tan
antiguos como las cazuelas de la niñez bajo el nogal.
Helechos de
dientes ordenados como los peines de mi madre.
Vegetación
que me acompaña como mis huesos.
Colocando
un silencio en mi boca como paso de caracol.
Mientras
tibias nostalgias cruzan este frío julio.
Los
helechos peinetas muerden su silencio reunido.
Como
rezando un rosario de madrugada.
Despiertan
contentos en el velorio de la noche.
Desayuno
derramo mis ojos en el jardín.
Leo los
macabros hechos de página roja.
Por mi
ventana y con toda normalidad.
Los
helechos peinetas acicalan frío el jardín.
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