sábado, 23 de mayo de 2015

RUE FOCH 424

Conocí otros jardines cerca de los arces rojos.
La lluvia de este mojó las hojas de aquellas flores.

El crepúsculo era un regreso al mar de Cartagena.
La sonrisa de mi hermana como semilla permanente.

La primavera en nieve desecha.
Y la hoja como palma de la mano.

Conocí jardines de exiliados.
Donde la rubia miel era un pedazo del país recordado.

Conocí el este desatado a las siete de la tarde.
En que los prados hacen cantar a Norteamérica.


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