Nuevamente te atrapo como antes.
Entre orégano y tomate.
Mientras gotea lenta la llave.
Y el tren marmicoc hace su arremetida.
Miro tus ojos negros de sur como grandes olivas.
Aprieto tu cintura frágil por el tiempo.
Ahora que los niños
independientes caminan,
Un minuto atrapo para mi esta presa del sur.
Hembra puma del Nahuelbuta.
Atrapo en feroces dientes tierna sonrisa.
Unto miel en tus labios quietos.
Labios sabor a café en la espera.
Te detengo para dejarte ir.
Mientras lavas frutas y pelas papas.
Me hago mozo en un segundo.
Del poso profundo saco vino añejo.
Tu eres la copa que ni los años trizan.
Pequeña porcelana cocida a fuego de estrellas.
Te atrapo y ríes por reír.
Entonces te amo por amar.
Porque siempre te he estado amando.
Y la papa cocida nos mira desde su almidón.
(Nadie sabe que eres dulce castaña)
Te atrapo mordiendo blanca pulpa de luz.
Te atrapo, te beso y te dejo ir.
miércoles, 15 de octubre de 2014
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